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Soy un ávido lector, programador, jugador y un pésimo artista marcial. Mi afición por la literatura no comenzó en las páginas de los libros tradicionales, sino en los densos párrafos de los manuales de videojuegos, las guías de historia y los foros digitales dedicados a la comunidad gamer. Estos mundos inmersivos y las narrativas que los rodeaban despertaron una pasión por la narrativa que trascendía los cánones literarios tradicionales.

Mi fascinación por las palabras se amplió al darme cuenta de que las Artes del Lenguaje Inglés (ELA) no se limitan a las antiguas narrativas y poemas que suelen asociarse con la materia. Más bien, ELA es una lente a través de la cual podemos analizar el mundo que nos rodea. Proporciona las herramientas para analizar no solo la literatura clásica, sino también el cine, la música, los cómics y todas las formas de comunicación modernas que se entrelazan en nuestra sociedad.

Esta perspectiva expansiva sobre la comunicación impulsó mi interés por el rap y el hip-hop. Estos géneros son ricos en narrativa y construcción de comunidad, aspectos que exploré profundamente durante mis estudios de posgrado. Me fascinó cómo estos géneros musicales unen a comunidades diversas y brindan una plataforma para mensajes impactantes.

Fuera del ámbito académico, disfruto del Jiu-Jitsu Brasileño, una disciplina que practico una o dos veces por semana. También encuentro tranquilidad en la jardinería junto a mi esposa. Los videojuegos siguen siendo un pasatiempo muy apreciado, especialmente los videojuegos de PC. También canalizo mi fascinación por los idiomas hacia la programación, donde el código actúa como un lenguaje único que da vida a los mundos digitales. En esencia, soy un aprendiz constante, explorando continuamente nuevas narrativas, ya sea en libros, videojuegos, música o el mundo que me rodea.

Soy un ávido lector, programador, videojugador y terrible artista marcial. Mi compromiso con la literatura no comenzó en las páginas de los libros tradicionales, sino en los párrafos de los manuales de videojuegos, las guías llenas de información y los foros digitales dedicados a la comunidad de videojugadores. Estos mundos inmersivos y las narrativas que crecían a su alrededor encendieron una pasión por la narración que no se limitaba a los cánones tradicionales de la literatura. Mi fascinación por el vocabulario creció cuando me di cuenta de que la asignatura de Lengua y Literatura en inglés (ELA) no se limita a las obras de teatro y los poemas que suelen asociarse a la materia. Al contrario, ELA es como una lente a través de la cual podemos estudiar el mundo que nos rodea. Nos ofrece las herramientas necesarias para analizar no sólo la literatura clásica, sino también las películas modernas, la música, los cómics y todas las formas de comunicación que atraviesan nuestra sociedad.